En el corazón de Oaxaca, El Callejón Hotel Boutique se alza como un testimonio arquitectónico que fusiona el encanto histórico con la modernidad. Cada rincón cuenta una historia: las habitaciones, pensadas inicialmente como departamentos, se transformaron en espaciosos santuarios de tranquilidad, decorados con toques de madera y tonos neutros que invitan al descanso.
En cada rincón de El Callejón, el arte de talentosos artistas locales cobra vida. Las habitaciones son auténticos lienzos, decoradas con elementos hechos a mano que reflejan la destreza artesanal. Desde los detalles intrincados en las paredes hasta objetos descubiertos durante las excavaciones, cada elemento cuenta una historia única. Los muros, testigos del pasado, revelan fragmentos de barro, porcelana y cristal rescatados del subsuelo, evocando el legado de antiguos alfareros que dieron forma a esta tierra.
En nuestro espacio, cada pedazo de historia y obra de arte se convierte en una conexión tangible con la riqueza cultural de Oaxaca.
Renata Elizondo, arquitecta originaria de Monterrey y residente en Oaxaca desde 1998, ha marcado El Callejón Hotel Boutique con su visión distintiva. Con una maestría de la Arquitectural Association de Inglaterra y un profundo respeto por los materiales y técnicas locales, su obra arquitectónica refleja una fusión única de estilos y experiencias.
Sin un estilo definido, escucha a los espacios, permitiendo que cada proyecto cuente su propia historia. Su enfoque experimental, colaborando con artesanos locales, da lugar a propuestas innovadoras. En este poema arquitectónico, los muros de baba de nopal, rescatados de técnicas prehispánicas en la restauración de Santo Domingo, encarnan la conexión de El Callejón con la rica historia de Oaxaca, guiados por la paz y la serenidad como su hilo conductor.
Desde su concepción, el hotel ha sido diseñado con infraestructuras y procesos que reflejan nuestro compromiso con la naturaleza. Recolectamos agua de lluvia, reutilizamos aguas grises y eliminamos el uso de botellas de plástico, optando por botellas de vidrio con agua potable y manteniendo estándares elevados de calidad e higiene. Los desechos orgánicos se convierten en composta, alimentando jardines y macetas de nuestro huerto.
Cada rincón cuenta con objetos tejidos por artesanos locales, como los cojines de mujeres Mayas en la península de Yucatán y las patuflas de artesanas de la costa de Guerrero. Estos detalles no solo ofrecen comodidad, sino que también narran historias auténticas, celebrando la herencia de tradiciones y enriqueciendo tu estadía con autenticidad y conexión.
Sabemos que cuidar el medio ambiente no solo es necesario, sino esencial para preservar la belleza única de Oaxaca y contribuir positivamente a la calidad de vida de quienes nos rodean. Nuestra responsabilidad ambiental es una extensión de nuestro respeto por la rica herencia cultural y natural de esta región, guiándonos hacia un futuro donde la armonía con el entorno es una prioridad fundamental.